Los amantes de la buena comida y bebida encontrarán en la cocina croata una gran diversidad. Cada región tiene sus propias especialidades, que no debe dejar de probar. Fritos, asados, a la parrilla, al horno... hay docenas de métodos para preparar los famosos manjares croatas.
La mejor de todas las especialidades es la trufa blanca. Este hongo raro y caro crece en el corazón de Istria. Se considera una joya culinaria y un poderoso afrodisíaco. La cocina local ofrece otras especialidades como el pescado graso de mar, las sardinas en salsa picante y las vieiras.
Uno de los símbolos de la cocina croata es el único y delicioso jamón de Parma (prosciutto). Su ternura y exquisito sabor enamorarán a todos los verdaderos gourmets. El mejor momento para degustarlo es a finales de agosto (cuanto más tiempo se seque, mejor) y se suele servir con queso de oveja y aceitunas.
Los croatas beben el vino casi como si fuera agua. Para calmar la sed, el vino se diluye: el tinto con agua se llama "bevanda", el blanco con agua mineral, "gemišt". Pero si quiere saborear realmente el sabor del vino, bébalo sin diluir.