Navegar en Italia: explorar la bahía de Nápoles con todos los sentidos

Nápoles es el centro de Campania, una provincia italiana famosa por sus antiguos monumentos romanos, volcanes, balnearios, casas de vivos colores y, por supuesto, el limoncello. Embarque en una de nuestras rutas recomendadas y descubra las islas y centros turísticos que sin duda merecen la pena.

Hace un tiempo, recomendamos una ruta de orientación para los nuevos patrones en torno a la bahía de Šibenik, en Croacia: una ruta íntima, bien protegida de los vientos y con breves travesías entre las islas y el continente, lo que la hace ideal para entrenar a una tripulación novata.

En muchos aspectos, la bahía de Nápoles es la alternativa italiana a la bahía de Šibenik. Con sólo 30 km de longitud y adentrándose unos 15 km en tierra firme, no es una zona muy extensa y las islas se encuentran a pocas millas de la costa, sin que haya que recorrer mucha distancia.

Mientras que la península ofrece magníficos complejos turísticos y lugares de interés de la antigua Roma, el Renacimiento y los prósperos años de Campania, las islas encantan con su ambiente relajado, sus casas de colores y su cultura diferenciada. No le faltarán opciones, pero podrá navegar fácilmente por ellas en una semana e incluso tendrá tiempo para disfrutar de las atracciones del vecino Golfo de Salerno.

En el Golfo de Nápoles sólo hay unas pocas islas en el mar Tirreno. Sin embargo, son destinos turísticos de renombre que querrá conocer.

Capri es una isla para senderistas y excursionistas, con dos picos, Capri y Anacapri, conectados por un valle a menor altura. Al ser la única isla del golfo que no se formó por la actividad volcánica, sino que se separó del continente, la línea de costa se eleva abruptamente desde las aguas. Esto también ha influido en el carácter de las carreteras, que son empinadas, serpenteantes y demasiado estrechas para que pasen los coches. Los pueblos aquí son tranquilos y románticos, pero los turistas y las celebridades se sienten atraídos por joyas como la Gruta Azul, una cueva marina de 60 metros de largo a la que sólo se puede acceder en barco, o Villa Jovis, los restos de un palacio construido por el emperador Tiberio.

Ischia es la mayor isla del Golfo de Nápoles. Se formó por la actividad volcánica, lo que dio lugar a su forma relativamente circular y a sus característicos baños termales. Entre los más famosos están los Jardines de Poseidón y el Negombo. Tómese unos días para explorar Ischia, ya que sus pueblos son encantadores y cada uno ofrece algo especial. Por ejemplo, el pueblo pesquero de Ischia Ponte está al pie de un castillo medieval en la cima de una colina y el puerto de Panza alberga un jardín botánico de cactus, Giardini Ravino, con una de las colecciones más extensas de Europa.

La isla de Ischia es famosa por su exuberante vegetación, que hay que vadear prácticamente para llegar al pico más alto, el Monte Epomeo, y por su producción de limones, imprescindibles para la elaboración del limoncello, el licor que hizo famosa a Campania.

Procida es más modesta que Capri e Ischia, lo que la hace quizá más atractiva. Ofrece la misma belleza de las casas apiladas en las laderas, el mismo mar hermoso, pero sin todos los hoteles de lujo y los grandes puertos deportivos. Quizá por eso la isla tiene fama de ser un lugar de rodaje muy popular, protagonista de películas como El talento de Mr. Ripley. Galardonada con el título de Capital Italiana de la Cultura para 2022, sus calles, por lo demás tranquilas, se animan regularmente con procesiones y festivales, como la Sagra del Mare (Fiesta del Mar).

Procida está dominada por una enorme fortaleza que primero sirvió de palacio, luego de fortaleza e incluso de prisión. Hoy en día es una popular atracción turística, junto con la iglesia de San Michele Arcangelo y las renombradas playas locales, como Chiaia, a la que se llega por 186 escalones.

La isla de Vivara es la hermana menor y más verde de Procida, y ambas están conectadas por un puente. Normalmente, es inaccesible al público porque es una zona protegida. En primer lugar, aquí viven y anidan más de 200 especies de aves. Y en segundo lugar, hay importantes monumentos arqueológicos que documentan el antiguo asentamiento de la zona por parte de los griegos. Sin embargo, todavía se puede admirar desde la cubierta de su barco.

Parte de las Islas Pontinas, Ventotene es una isla tranquila y de pequeño tamaño. Aunque aparentemente es una isla insignificante, aquí se sentaron las bases para la creación de la Unión Europea cuando se redactó el Manifiesto de Ventotene durante la Segunda Guerra Mundial, en el que se pedía la unificación de Europa en una federación para evitar guerras.

La costa rocosa de Plamarola, bordeada de acantilados, calas y cuevas, la convierte en un lugar ideal para el buceo y el submarinismo. La isla es una reserva natural, pero hay algunos lugares para fondear, como los amarres de Cala Brigantina.

Parte del Parque Nacional del Circeo, uno de los principales atractivos de Zannone es su fauna y flora, junto con las ruinas del monasterio benedictino. Todavía alberga muflones, que fueron traídos por la aristocracia italiana como animales de caza. Aunque la isla no está completamente abierta al público, con cita previa es parcialmente accesible.

La isla de Ponza es conocida por muchos como Capri sin los turistas. Y, al igual que Capri, ofrece pintorescos puertos con vibrantes casas, el cristalino mar Tirreno y una cultura distintiva. Sólo que de forma más íntima. La blanca costa rocosa, salpicada de cuevas, también invita a practicar el snorkel y el buceo.

Disfrute de lo mejor de las islas de la Bahía de Nápoles. El itinerario de 7 días es adecuado para las tripulaciones que se atrevan a realizar la travesía más larga entre Zennone e Ischia:

• Día 1: Nápoles - Procida (12 NM)
• Día 2: Procida - Ventotene (26 NM)
• Día 3: Ventotene - Ponza (22 NM)
• Día 4: Ponza - Palmarola (5 NM)
• Día 5: Palmarola - Zannone (5 NM)
• Día 6: Zannone - Ischia (49 NM)
• Día 7: Ischia - Nápoles (16 NM)

Las condiciones meteorológicas de la bahía de Nápoles suelen ser bastante tranquilas y favorables tanto para los navegantes como para los lugareños. Aunque los restos del Mistral francés pueden llegar hasta el otoño y la costa no se libra de la Tramontana del norte, la bahía suele estar bien protegida de los vientos mediterráneos, ya que los Alpes actúan como barrera natural. En Italia, la regla es que cuanto más al sur se navega, más calor hace.

En la temporada de verano, el viento suele ser de unos agradables 15 nudos, sin ráfagas sorpresivas. La isla de Capri es la que está más a merced del mar y los vientos, pero incluso aquí las condiciones no son severas y las tripulaciones menos experimentadas pueden disfrutar de la navegación. Los fondeaderos locales son tranquilos y están bien protegidos. Sin embargo, en esta época del año el sol es implacable, rara vez se esconde tras las nubes y es fácil quemarse. Al fin y al cabo, ya se está en el subtrópico.

Los puertos de la bahía de Nápoles parecen museos al aire libre o excavaciones arqueológicas.

Las excavaciones subacuáticas del Parco Sommerso di Baia son una zona protegida en el mismo borde de la bahía. La zona es famosa por sus yacimientos romanos conservados, algunos de los cuales se hundieron debido a la actividad volcánica. Ahora puede bucear hasta ellos y descubrir mosaicos urbanos olvidados, estatuas antiguas y restos de casas en el fondo del mar. O hacer una visita guiada desde la cubierta de un barco con fondo de cristal.

Si no ha tenido suficiente con bucear, todavía hay otro parque submarino protegido que visitar: el Parco Sommerso de Gaiola. Este se extiende en las aguas que rodean los dos islotes de la Gaiola, conectados por un puente, con ruinas que también se pueden visitar. Pero cuidado, laisla está supuestamente maldita: la tragedia ha golpeado a numerosas personas que tenían propiedades o vivían aquí.

Laciudad de Portici atrajo a la nobleza como ningún otro lugar en el siglo XVIII. El rey Carlos de España se convirtió en gobernante de Nápoles y Sicilia, construyendo en Portici un magnífico palacio con jardines que llegaban hasta el mar. Por supuesto, la nobleza siguió su ejemplo y se construyeron aquí un centenar de residencias de verano. Enclavada entre el mar y el volcán Vesubio, la ciudad está, sin embargo, bastante urbanizada y en los años 90 era, junto a Hong Kong, una de las más densamente pobladas.

Amalfi y la Costa de Amalfi se mencionan a menudo en relación con la Bahía de Nápoles. Aunque oficialmente forman parte del vecino Golfo de Salerno, son tan atractivas que no navegar por ellas sería casi un pecado. Comparten historia, arquitectura y forma de vida, y son simplemente mágicas. Incluso una tripulación novata e intermedia puede realizar el viaje a lo largo de la costa:

• Día 1: Nápoles - Procida (12 NM)
• Día 2: Procida - Ventotene (26 NM)
• Día 3: Ventotene - Ischia (22 NM)
• Día 4: Ischia - Capri (19 NM)
• Día 5: Capri - Positano (11 NM)
• Día 6: Positano - Amalfi (6 NM)
• Día 7: Amalfi - Nápoles (26 NM)

Nápoles es una bulliciosa metrópolis con muchos monumentos conservados. Sin embargo, hay quien dice que no es tan bonita como en las fotos promocionales y que está atestada de gente, después de todo, es la tercera ciudad más grande de Italia. Por otro lado, su casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y la Piazza del Plebiscito y el Palazzo Reale merecen ser vistos. A los aficionados a los espacios subterráneos les encantarán las catacumbas y cámaras locales, construidas en su día por los griegos, utilizadas como refugios durante la Segunda Guerra Mundial y ahora como oscuros museos y espacios de exposición. Los majestuosos templos e iglesias de Nápoles requerirían al menos una semana para ser explorados, y eso sin mencionar el castillo o los palacios aristocráticos de la ciudad. Así pues, permítase unos días para explorar esta fascinante ciudad después de devolver el barco.